Integrando el juego en la rutina de vida diaria

 


Como futuras maestras preescolares, sabemos que necesitamos integrar más el juego en las aulas, pero hay mucha presión  para cumplir con ciertos estándares académicos. Se dice mucho que hay que preparar a los niños para futuras pruebas académicas como exámenes y que ese debe ser el enfoque principal al dar clases. Hay muchos maestros que no encuentran la motivación de permitir que los estudiantes “simplemente jueguen” ya que no siempre le encuentran el propósito. A través de varios estudios y pruebas, se ha podido observar que SI es posible incorporar más juego, cumplir con los estándares académicos y tal vez incluso convencer a otros del valor del juego mientras se lleva a cabo.

Hay varias maneras de incorporar el juego en el salón de clases, y aquí estaré discutiendo algunas!

1. Tener una rutina establecida

    - Tener una rutina establecida en el preescolar es crucial ya que le provee a los niños una sensación de estabilidad y seguridad. Las rutinas ayudan a los niños a entender qué esperar a lo largo del día, bajando el stress y promoviendo una sensación de seguridad en el salón. También, las rutinas apoyan el desarrollo de habilidades para la vida, como la gestión del tiempo, la autorregulación y la independencia. Las rutinas ofrecen oportunidades de aprendizaje y crecimiento a medida que los niños se familiarizan con las secuencias, los patrones y el paso del tiempo. 


2. Crear áreas de aprendizaje basados en el juego

- Esta es una manera fácil de incorporar el juego a la rutina diaria. Como por ejemplo, centros de juego tradicionales (arena, juegos dramáticos, bloques, etc.). Tener materiales de juego disponibles es el primer paso para añadir más juego a la rutina. Es importante tener juguetes que implementen el aprendizaje también, cómo por ejemplo, marionetas para personajes de un libro que se haya leído en el salón, bloques con tarjetas de tareas relacionadas con lo que estás aprendiendo en matemáticas, un juego de combinación de conceptos científicos (por ejemplo, unir el animal con su hábitat), etc.

3. Dividir el espacio en diferentes áreas de juego

- Los niños tienen diferentes preferencias a la hora de jugar. El aprendizaje basado en el juego depende de la capacidad de los niños para elegir cómo jugar, así que dividir los espacios en áreas diferentes puede ayudar a los niños  a seguir sus intereses. Algunos espacios de juego que los maestros pueden tener incluyen: mesas sensoriales, rincones de lectura, áreas de juego imaginativas y de simulación, etc. Los estudiantes pueden ir a lo que les interesa pero también pueden moverse entre espacios según sea necesario. 

4. Explicar bien la función del juego

-  El tiempo de juego es una excelente manera para que los niños aprendan a usar diferentes objetos o piensen en sus roles. Ya sea que los niños jueguen con bloques o disfraces, preguntarles cómo usarlos puede darle una oportunidad a pensar y resolver problemas. Este método puede ayudar a los estudiantes a pensar de manera más creativa, permitiéndoles pensar en nuevas formas de jugar con sus juguetes.

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